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Cuatro acuerdos para ser feliz.

Los cuatro acuerdos. 


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«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo decides. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento”

(Ruiz,M.)

  1. Sé impecable con la palabra.

La palabra es magia, es decreto, es proyección…, ten cuidado con lo que hablas y sobre todo con lo que te dices a ti mismo, recuerda que no hay nadie más cruel para ti. Las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; las crítica, en jueces prepotentes; un lenguaje machista nos mantienen en un mundo androcéntrico, donde el hombre es la medida y el centro de todas las cosas, y las descalificaciones autovictimistas (pobre de mí, todo lo hago mal, qué mala suerte tengo) nos derrotan de antemano.

  1. No te tomes nada personalmente.

Cada persona vive su propia película en la cual es protagonist afrontando su propia odisea, viviendo su vida y resolviendo sus conflictos y sus miserias personales y cada cual lo hace lo mejor que puede dentro de sus circunstancias y sus limitaciones. Las demás personas sólo somos figurantes en esa película que cada cual hace de su vida.

Hay mucha magia negra fuera, lo mismo que la hay dentro de ti misma, o de mí. En cualquiera, en algún momento de su vida, en algún momento del día. Todo el mundo somos «depredadores emocionales» alguna que otra vez.

«Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros… Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno», asegura Miguel Ruiz.

  1. No hagas suposiciones.

Tendemos a hacer suposiciones y a sacar conclusiones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto y montamos una realidad sobre ello.

«La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras… e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular», insiste Miguel Ruiz. En última instancia y si te dejas guiar por la buena voluntad, siempre te queda la confianza… y la aceptación.

  1. Haz siempre lo mejor que puedas.

El cuarto y último acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados: haz siempre lo máximo y lo mejor que puedas. Siendo así, pase lo que pase aceptaremos las consecuencias de buen grado. Pero siempre podemos intentar ser impecables con la palabra, no tomárnoslo personalmente y no sacar conclusiones precipitadas… dentro de nuestras limitaciones físicas, anímicas y en general, de cada momento. Si lo intentamos, de la mejor manera que podemos, ya es suficiente.

Estos acuerdos que parecieran sencillos no son simples y requieren de su interiorización de un cambio de actitud, de ponerte otros ojos para ver la vida y que mejor que coger los ojos que miramos cada día, los de nuestros maestros, nuestros hijos. Os pondré un ejemplo muy claro de Andrea Mayoral que dice así…

Cuando terminé la lectura de estos cuatro acuerdos, creí que podría llevar a cabo esos acuerdos de forma sencilla, se veían muy fáciles de cumplir. Pero al poco tiempo me encontré de nuevo increpando a los niños, criticándolos por no hacer las cosas como yo quería. Y luego del sermón que les impartí a los dos, los dejé solos para que ordenaran su cuarto.

Pero justo al momento de cerrar la puerta pude escuchar una conversación que me abrió los ojos a esa sabiduría Tolteca:

-¿Por qué está mami enojada? -preguntó el más pequeño.

-Porque piensa que desordenamos el cuarto para fastidiarla -dijo el mayor en voz baja.

-Pero ¿está enojada conmigo?

-No lo creo, solo está enojada con los juguetes.

-¿Con los juguetes?

-Algo le debieron de hacer, para que cada vez que los ve por el piso, se ponga a gritar.

-Pero a mí no me han hecho nada, y cada vez que los guardamos se ponen muy tristes.

-Escondámoslo debajo de la cama. Así mamá no gritará más.

-No me gusta cuando mami grita.

-A mí tampoco. Me da miedo. Y cuando no puedo jugar con mis juguetes me pongo bravo, pero prefiero estar bravo que tener miedo.

-¡Ya sé que le pasa a mami! -exclamó el pequeño con entusiasmo-. Creo que no le gustan los juguetes, ¡porque ya no puede jugar con ellos!

 Una sencilla conversación que me abrió el corazón y me hizo pensar que los niños ven la vida como los Toltecas, y que, si yo lograba recordar lo fantástico que era ver la vida desde la perspectiva de los niños, lograría poner fin a la dictadura de la perfección que atormentaba mi vida.A partir de ese momento, le he dedicado más tiempo a jugar con mis hijos. Guardar los juguetes se convirtió en un juego divertido que compartimos los tres. Ahora sé que no soy perfecta y mis hijos tampoco, ellos hacen lo que hacen porque es lo que hacen los niños y no porque quieran irritarme. No los he vuelto a gritar, o al menos he hecho mi mejor esfuerzo por no hacerlo y cada día trato de cumplir con esos cuatro acuerdos, tanto con mis hijos, mi esposo, compañeros de trabajo, amigos y con las personas en la calle porque la vida no es perfecta y ahora cada día me siento más feliz. (Mayoral, A.)

"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo decides. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento"(Ruiz,M.)
«Para ser feliz necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente, empieza otra vez desde el principio.» (Ruiz, M.)

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Madre que sostienes el mundo.

Madre que …

…duermes con los ojos cerrados, que te despiertas a las 5 de la mañana pero ya no sabes si llegaste a dormirte. Que te comes el mundo cuando logras juntar 5 horas seguidas de sueño y te despiertas sobresaltada casi culpable por si olvidaste ser madre. Que batallas con concurridas mañanas corriendo entrepasillos para cazar cabezas con camisetas y vestidos, dando directrices a lo lejos como si te encontraras en la bolsa de Wall Street comprando y vendiendo acciones, luchando con pañales incambiables, niños que se desvisten después de vestidos, zapatos que nunca encuentran su par caminando hacia lo que debería ser un desayuno saludable por supuesto! cazando bocas mientras desvías atenciones para poder llenarlas, entonas melodías, lidias con líquidos, mermeladas, mantequillas y galletas que desaparecen en el fondo de los tazones mientras desayunas, desayunar? qué es desayunar? quizás de milagro un café frío justo antes de cerrar la puerta antes de abrirla de nuevo para coger ese algo que sabes que alguien ha olvidado. Con mochilas a punto, con snacks, batas, baberos y recambios de temporada, chupetes, dinoraurios y carros de muñecas enganchados a las manos de tus hijos en frente de la puerta justo al instante en que parecía que ese día funcionaba.

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Madre que…

…regalas cada minuto de tu tiempo y de tu mente cuando alguno de la camada está enmadrefermo, haces tuyo su sufrimiento, que sabes adivinarlos sólo oliéndolos, que recibes todos los golpes porque solo tú sabes levantarte de todos ellos más fuerte si cabe, viendo a los tuyos pelear con sus emociones, impulsos y sensaciones siempre a caballo entre el sueño, el hambre y el desconsuelo.

Madre que…

…razonas lo irrazonable, curas lo incurable y consigues lo imposible mientras repites incansablemente los mismos consejos imprimiendolos verbalmente en la mente y el quehacer de tus pequeños. Madre observada en parques abarrotados de madres que intentan, en la distancia más cercana, ser críticos insaciables de su propia realidad, espacios de intercambio que en lugar de fomentar el descanso de las madres dan lugar a psicoparques que ofrecen cursos intensivos de qué hacer y qué no hacer para ser “buenas y malas madres”. Madres corriendo de un lado para otro salvando niños que parece salieran de debajo de las piedras.

Madre que…

…intentas hacer cosas “normales” cuando la normalidad es la lucha entre el convencimiento de que recuperas algo pero pierdes otra cosa, casi culpable por tener cinco minutos de tiempo, nerviosa palpando el móvil que esté operativo y siempre a mano como salvavidas de la madre que intentas ahogar entre sonrisas y conversaciones extrañas monotemáticas de aquello que a lo lejos ansiamos cerca o silencios incomodos porque se te olvidó que es una conversación de ida y vuelta sin toallitas en mano preparadas para limpiar la nariz y la cara de tu interlocutor.

Madre que…

…llegando a todo vives en la hiperactividad constante, pensando en donde estará el libro de instrucciones de todo lo que te viene y te queda por venir, equilibrando tus modos, los suyos y los del más allá, buscando a momentos el equilibrio emocional y la paciencia que parece que se agotó justo antes de que sonara el despertador doblada entre rodillas, cabezas, sin almohada y destapada y preguntándote si habrán descansado lo suficiente.

Madre que…

…meciendo la sillita vacía en el semáforo buscas las claves expres para ser una buena madre leyendo el blog del momento, autocorrigiéndote y siendo tu más dura crítica, diciéndote que la próxima lo harás mejor luchando con los sentimientos de frustración e imperfección.

Madre que…

…trabajas a la intensidad más alta, marcha constante y con la sensibilidad más dulce a tiempo completo y todo el año, fabrica de besos y abrazos, de motivación y emoción que ves a tus hijos convertirse en eso que soñaste, que agarran la felicidad de tu mano, haz que el tiempo con ellos cuente. Disfrútalo, frena, respira y deja que tu frase coletilla deje de ser “date prisa”, deja a un lado tu limpiadora, taxista, cocinera, nutricionista, enfermera, educadora, psicóloga, mediadora, decoradora, cuentacuentos, artista… y sé madre porque la vida… no viene con un manual de instrucciones viene con una Supermamá.

Madre que… siempre fuiste y serás mi Supermadre.

Cristina Oroz Bajo

 madre

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¿Cocaína digital para nuestros hijos?¿Porqué fundadores de Apple, Google, Wikipedia apuestan por no-tech? ¿Uso responsable de las tecnologías?

droga digital
“La mayoría de los niños, oyen lo que dices, algunos incluso hacen lo que dices, pero todos los niños, hacen lo que haces”.

Ahora sabemos que esas tabletas, teléfonos y videojuegos son una forma de droga digital, que el efecto adictivo afecta la corteza cerebral del cerebro; su función ejecutiva y control de impulsos, de la misma manera que la cocaína, elevando los niveles de dopamina (neurotransmisor de placer). Pantallas llamadas «cocaína electrónica» (Whibrow, P.; UCLA), «heroína digital” (investigadores chinos) o «pharmakeia digital» (griego para la droga, Marina de EEUU).

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¿Porqué los padres, diseñadores e ingenieros son los más cautelosos? ¿Porqué Steve Jobs era un padre notoriamente de baja tecnología? ¿Porqué los ejecutivos e ingenieros de Silicon Valley matriculan a sus hijos en escuelas Waldorf no-tecnológicas? ¿Porqué los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, fueron a escuelas Montessori sin tecnología así como el creador de Amazon Jeff Bezos y el fundador de Wikipedia, Jimmy?

La exposición a dichos dispositivos provoca cambios en:

  1. Los niños… su juego es cada vez menos creativo y experimental perdiendo atracción por objetos, sus intereses se reducen, se pierde interés por las relaciones en el juego, los juguetes, la naturaleza. Aparecen dificultades en el sueño y en el mantenimiento de la atención por la hiper-excitación. Peor aún, nos encontramos a niños apáticos, que se aburren, sin imaginación, desinteresados y desmotivados cuando no están conectados con lo digital.
  1. Las familias… la agresividad y los berrinches cuando los dispositivos se quitan y la atención se disipa cuando los niños no son estimulados perpetuamente. Y esto se extiende a los padres que son los primeros ejemplos, se relacionan menos y peor con sus hijos, están semipresentes en los momentos en familia y las relaciones, y la comunicación se deteriora profundamente.
  1. Su futuro… Cientos de estudios clínicos demuestran que las pantallas aumentan la depresión, la ansiedad y la agresión y que pueden llevar a características psicóticas por falta de contacto con la realidad. Demostrado está que los niños que pasan más tiempo frente a pantallas tienen más problemas de déficit de atención. Esto se debe a que hay una región en el cerebro emocional, llamada «núcleo estriado», que valora las actividades donde dirigir la atención en función de la intensidad del estímulo y la rapidez con la que satisfice. Así decide a qué actividades debemos prestar más atención. Con estos dispositivos el cerebro se acostumbra a recibir estímulos intensos y satisfacción inmediata, así difícilmente va a querer prestar atención a otras actividades menos intensas, y corren el riesgo de caer en una adicción.

Estudios clínicos sobre adolescentes detallan que han encontrado más fácil tratar la adicción a las drogas que a lo digital, los videojuegos o las redes. Los niños de 8 a 10 años pasan 8 horas al día con diversos medios digitales mientras los adolescentes pasan 11 horas frente a las pantallas. Uno de cada tres niños está usando tabletas o teléfonos inteligentes antes de que puedan hablar (Academia Americana de Pediatría, 2013). No es una tarea fácil en nuestra actual sociedad llena de tecnología donde las pantallas son omnipresentes. Una persona puede vivir sin drogas o alcohol pero las tentaciones digitales están por todas partes.

¿Qué hacemos como padres y desde casa?

La principal clave es la prevención, evitar que su hijo de 4, 5 u 8 años se enganche a las pantallas. Eso significa Lego en lugar de Minecraft; Libros en lugar de iPads; Naturaleza y deportes en vez de TV, hasta que tengan por lo menos 10 años de edad (incluso hasta los 12).

Evite al máximo la utilización de dispositivos electrónicos en casa, siempre que esté en familia: establezca un parking de móviles para toda la familia, coma con sus hijos sin ningún dispositivo electrónico en la mesa, manténgalos en silencio, evite utilizarlos a modo de niñeras digitales. Hable con sus hijos sin dispositivos en la mano, recuerde: “la mayoría de los niños, oyen lo que dices, algunos incluso hacen lo que dices, pero todos los niños, hacen lo que haces”.

Es muy posible, dependiendo del grado de exposición en el que se encuentren sus hijos, que se sientan desorientados, aburridos, oxidados y se sientan solos y sin recursos para conectarse a las experiencias de la vida real. Nosotros como adultos también estamos sufriendo esta situación y hemos, juntos, de recuperar las actividades creativas para conectar de nuevo las relaciones familiares.

Mientras que un niño está utilizando una tablet o viendo la tele, está dejando de hacer otras actividades necesarias para su desarrollo. En menores de 2 años está demostrado que su cerebro necesita interacciones directas con personas reales para desarrollar el lenguaje y otras habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Y a partir de los 2 años el principal efecto negativo de las tecnologías es que restan tiempo de ejercicio físico y actividades manipulativas además de todo el componente atencional y motivación anteriormente descrito.

¿Cómo hacer un uso responsable de las tecnologías?

Por otro lado no hay que negar que estamos asistiendo a un cambio social con las nuevas tecnologías así que para prevenir este uso excesivo, se pueden proporcionar a los niños y adolescente herramientas para hacer un buen uso de ellas.

Jugar con ellos y compartir eso que les motiva, compartir emociones, aprender juntos y conocernos mejor. Ubicar los dispositivos en el espacio común para evitar el aislamiento y observar informalmente su comportamiento. Invitar a amigos a jugar siempre es mejor opción para conocer cómo se relacionan. Programar tiempos de uso, que suponga un equilibro entre todas las dinámicas, siempre determinar su fin antes de empezar para que así sea más fácil conseguir el compromiso. Hablar de internet de una manera crítica y reflexiva teniendo en cuenta sus pros y sus contras. Informarse sobre programas limitadores de contenidos. Siempre sugerir que realice otras actividades de ocio que les motiven.

Cristina Oroz Bajo

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Seguimos leyendo…

Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson
literatura
Una guía imprescindible de la literatura para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo.

Después de mi última publicación con respecto a literatura para padres inquietos, movidos y osados he recibido muchas demandas de más, Siegel y Payne son unos maestros poniendo en palabras los procesos que pasamos con nuestros pequeños y no tan pequeños, así que después de lo que disfrutásteis con «El cerebro del niño» os dejo aquí otra obra maestra «Disciplina Sin Lágrimas» que no debería faltar en ninguna biblioteca familiar, y que seguro requerirá lecturas y relecturas, incluso os veo tomando notas para llevar al frigorífico para ayudaros con estrategias casi milagrosas pero ancladas en la más sólida de las bases neurológicas y evolutivas. No os lo perdáis!

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Curso Método Montessori

LIBERA EL POTENCIAL DE UN NIÑO Y PODRÁ TRANSFORMAR AL MUNDO (MARIA MONTESSORI)

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Una Visión de 360 Grados del Método Montessori para que los padres puedan convertirse en  Guía de sus hijos, ayudándoles a ser la mejor versión de si mismos potenciando su independencia, concentración, confianza y autoaprendizaje.

Quieres saber cómo adaptar tu casa al Método Montessori.

Quieres aprovechar los momentos de máximo desarrollo de tu hijo.
Quieres utilizar el movimiento para potenciar la inteligencia de tu hijo.
Tienes un niño entre los 0 y 6 años principalmente.
Necesitas saber cómo ayudar a que tu hijo aprenda en un colegio tradicional.
Quieres que tu hijo sea un niño mas seguro de sí mismos.
Quieres saber de forma práctica como aplicar el Método Montessori en tu día a día.
Quieres evitar los errores que cometen la mayoría de los padres en la crianza de sus hijos.
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Como planteamientos pedagógicos al método Montessori tenemos…

  • Distribución de la educación de los niños en grupos de 0 a 3 años, correspondientes a períodos sensibles de desarrollo; Grupo: De 0 a 3 años; Grupo: De 4 a 6 años; Grupo: De 7 a 9 años; Grupo: De 10 a 12 años; Grupo: De 13 a 15 años; Grupo: De 16 a 18 años; Grupo: De 19 a 21 años.
  • Los niños deben considerarse seres competentes, alentados a tomar decisiones importantes.
  • Observación del niño en el entorno como base para iniciar el desarrollo curricular (presentación de ejercicios subsecuentes para nivel de desarrollo y acumulación de información).
  • Muebles de tamaño de los niños y creación de entorno del tamaño del niño (microcosmos) en el cual puede ser competente para producir de modo completo un mundo para niños.
  • Participación de los padres para incluir atención propia y básica de salud e higiene como requisito para la escuela.
  • Delineación de una escala de períodos sensibles de desarrollo. Períodos Sensibles, los cuales proveen un enfoque para trabajo de clase que sea apropiado para una única estimulación y motivación para el niño (incluyendo períodos sensibles para desarrollo de lenguaje, experimentación sensorial y refinamiento, y varios niveles de interacción social).
  • La importancia de la «mente absorbente»: la motivación sin límite de los niños pequeños para adquirir dominio sobre su entorno y perfeccionar sus experiencias y comprensión ocurren dentro de cada periodo sensible. El fenómeno está caracterizado por la capacidad del niño de repetición de actividades dentro de categorías de períodos sensibles (Ejemplo: balbuceos exhaustivos como práctica de lenguaje conducente a un lenguaje competente).
  • Materiales didácticos (científicos) auto-correctivos, ya que por medio del material va experimentando por él mismo y va corrigiendo sus errores (algunos basados en trabajos de Itard y Eduardo Séguin).
  • Su fin educativo es la autonomía en todos sentidos: intelectual al formar un pensador crítico, moral a través de la reciprocidad y el respeto mutuo, social al trabajar con sus pares, emocional a la seguridad que le brindan los límites, la educación de la voluntad y la autosuficiencia.

PARA ACCEDER AL CURSO OS DEJO EL LINK

http://126477sexseavzqgsfpbqvkl9c.hop.clickbank.net/

Y os dejo un par de links a videos de explicación del curso.

[kad_youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=q7loarerhmY» ]

[kad_youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=xRpFQWA-1wY» ]

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El juego como herramienta psicoeducativa en la familia.

   El juego es la base de la comunicación del ser humano, nuestras primeras interacciones son puro juego, aquí es donde comienzan a elaborarse las primeras organizaciones mentales, la planificación, la causa-efecto, la permanencia del objeto, el reconocimiento del otro, la motivación, la participación y todo en el marco de la experiencia más motivadora que pone en orden nuestra atención, concentración y memoria.

   Nuestras madres nos enseñan a jugar pero nos enseñan mucho más que eso, nos enseñan a elaborar estrategias de reconocimiento del otro, del entorno y de autoconocimiento. Nos muestran la vida con emoción, dulzura y pasión, como si en cada gesto, mirada, objeto estuvieran encerradas las claves de la existencia humana, lo magnifico de vivir y estar vivos.

   Con forme crecemos, y a eso llamamos evolución, esta sensación lúdica, sensorial y comunicativa se disipa, todo se vuelve más mecánico, más frío y más artificial y el juego desaparece. Quizás es un proceso natural pero cuando se trata de educación y de analizar las estrategias educativas ya sea en el marco familiar como el terapéutico hemos de hacer un alto en este punto tan esencial. En los primeros pasos en los que se crea esa capacidad de aprender que es tan asombrosa de los bebes, en estadios ricos en contacto humano, estimulación sensoriomotriz, fuerza emocional espontánea y seguridad vinculada a nuestros progenitores.

   ¿Porqué dejamos de lado el juego? ¿Porqué nos cuesta sorprender y sorprendernos? ¿Dejaremos de pretender dar lo mejor a nuestros hijos sin saber recibir lo que ellos nos dan, jugando? Ellos tienen la llave de sus necesidades, de lo que requieren en cada momento. Miramos hacia afuera sin mirarnos hacia dentro y eso hacemos con nuestros niños, miramos su entorno preocupándonos de que tengan muchísimos juguetes y estimulación pero no miramos su interior, lo que dice su cuerpo, sus manos, su expresión. Vivimos de puertas hacia fuera y no cultivamos el interior. Estamos hablando de momentos de calidad, no hay que tener muchas experiencias si no que hay que vivirlas y los primeros que hemos de hacer ese proceso somos nosotros como padres, madres, profesionales, profesores… Lo que no nos motiva no podemos utilizarlo para motivar a los demás.  A veces hemos de sentarnos a lado de nuestros hijos y escuchar, observar, escuchar y observar de nuevo porque ellos son los verdaderos maestros, ellos tienen eso que con los años hemos perdido, la magia de saber vivir todos los segundos con verdadera intensidad para que tengan significado y permanezcan. Ellos son los maestros y nosotros somos simples maestros que se volvieron aprendices porque olvidaron jugar, mirar, leer, escuchar, entender, empalizar… esos son los verdaderos aprendizajes, la base para el posterior éxito personal y en consecuencia social, la seguridad, la autoestima, el autocontrol… son fruto de esos procesos.

   Cuando educamos en estos primeros estadios después de los duros meses de crianza parece que comienza una fase en la que nuestro niño responde, nos mira,  nos atiende y parece un libro abierto deseando que escribamos las primeros capítulos donde todo se reduce a seguir atendiendo al sueño, el hambre, el llanto y la limpieza. Después comienzan los conflictos, la autodeterminación, la posesión, las crisis y en vez de emplear la misma comunicación lúdica que teníamos en los primeros meses cambiamos el rol y comenzamos a distanciarnos de nuestros pequeños. Desde esta nueva posición, desde ahí lejos la comunicación en estas primeras fases donde ensayamos las primeras herramientas de manejo social y personal nos ponemos en frente indignados de que nuestros hijos no sigan eternamente en nuestro círculo de control y comiences a comportarse como personas con pensamientos, voluntades y preferencias propias aunque sean sencillas que no simples.

   El ser humano y los padres, estos somos otra especie de humano, somos un mar de conflictos y de mareas que jugamos con sus subidas y bajadas intentando mantener nuestra tripulación colocada y en alerta para no naufragar. Así que como consejo os diré… jugar, jugar e intentar jugar cada día, y cuanto mayor sea la dificultad mayor la necesidad a seguir atrayendo la atención de vuestros hijos, alumnos y pacientes para poder conducirlos al sitio donde puedan ver las situaciones desde otra perspectiva sin bloquearse y sin la soledad que produce el proceso de gestionar el entorno, a los demás y, sobre todo, a nosotros mismos.

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Cristina Oroz Bajo
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La importancia de la atención temprana

La importancia de la Atención Temprana de los 0 a 6 años es inefable, el cerebro de un bebé recién nacido tiene de un 30 a un 60 por ciento más de neuronas que el de un adulto. Además las sinopsis (las conexiones neuronales) son más abundantes y alcanzan su densidad máxima en los primeros 15 meses de vida, motivo por el cual resulta fundamental aprovechar este período para promover su estimulación.

La Atención Temprana (AT) es el conjunto de acciones dirigidas al niño de 0 a 6 años con alteraciones en el desarrollo (motoras, cognitivas, sensoriales, comunicativas, emocionales…) o riesgo de padecerlas, a su familia y a su entorno. El objetivo es dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presente el niño para facilitar su evolución en todas las facetas, respetando su propio ritmo y fundamentando la intervención tanto en principios científicos, como en aspectos relacionales, lúdicos y funcionales.

Otro objetivo fundamental de la intervención es conseguir que la familia conozca y comprenda la realidad de su hijo, sus capacidades y sus limitaciones, actuando como agente potenciador del desarrollo del niño, adecuando su entorno a sus necesidades físicas, mentales y sociales, procurando su bienestar y facilitando su integración social.

OBJETIVOS

  • Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
  • Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
  • Introducir los mecanismos necesarios de compensación, eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.
  • Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
  • Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.
  • Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.

La intervención va dirigida a los niños que presentan trastornos en su desarrollo y debe iniciarse en el momento en que se detecta la existencia de una desviación en su desarrollo. La intervención debe ser planificada con carácter global y de forma interdisciplinar, considerando las capacidades y dificultades del niño en los distintos ámbitos del desarrollo, su historia y proceso evolutivo, así como las posibilidades y necesidades de los demás miembros de la familia y los recursos de que se dispone y el conocimiento y actuación sobre el entorno social.

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(Grupo de Atención Temprana. (2.000). Libro Blanco de la Atención Temprana. Edita: Real Patronato de Prevención y Atención a Personas con Minusvalía.)

Cristina Oroz Bajo

atención temprana

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