Como profesional me he encontrado en multitud de ocasiones con padres desesperados por atender las demandas de sus hijos, bebes en desarrollo que muestran dificultades desde sus primeros meses y que alertando a sus padres se quedan esperando una ayuda para poder desarrollarse.
La inquietud de los padres ante la aparición de dificultades en sus bebes es la primera y más relevante señal a atender por parte de especialistas profesionales. Esperar ante la aparición de síntomas o deficiencias evolutivas es el gran error presente ante la atención temprana de dichos casos. El diagnóstico por supuesto en la mayoría de estos casos es imposible pero sí la atención a dificultades y deficiencias en áreas físicas, cognitiva, sociales o emocionales.
Hay una gran tendencia a esperar hasta los 3 primeros años cuando es en este periodo cuando se hace más efectiva la atención y la estimulación ayudando a nuestros hijos a evolucionar de forma global y completa y acabando paralelamente con esta preocupación de los padres dándoles recursos para, de una manera natural, puedan ayudar a sus hijos desde estos primeros estadios.
La estimulación a edades tempranas es no sólo eficaz sino increíblemente necesaria para poder establecer una base sólida para la posterior adquisición de todas las habilidades posteriores.
Cristina Oroz Bajo